¿Un crecimiento engañoso?: Muchos grifos son un peligro latente

El alto número de jugadores y consumidores en grifos y estaciones de servicio nos puede engañar. Detrás de esta atractiva economía, se esconden grandes deficiencias que mejorar.

La informalidad e ilegalidad prolifera en la comercialización de combustibles en grifos y estaciones de servicio (EESS) en el Perú. De acuerdo con datos del 2018, en el país existen 4837 establecimientos de este tipo a nivel nacional, cifra que revela que este mercado tiene una fuerte competencia, algo que a primera vista puede asociarse a crecimiento y atractivo, pero que también esconde realidades que no favorecen la salud del sector ni la sociedad.

Como sabemos, existen cadenas de EESS y grifos, y además estaciones independientes. Entre ellas, más del 60% son independientes y el resto lo concentran las grandes cadenas de grifos, entre las cuales destacan Primax, Repsol y Petroperú. Pero ¿cuántos de ellas incumplen con normativas o son consideradas informales?

Las noticias repiten con frecuencia la clausura temporal o permanente de estaciones de servicio y grifos en distintos lugares del país. Una de las razones, la condición de informalidad o ilegalidad en la que operan. Por ejemplo, en febrero de 2020, Osinergmin cerró un grifo por no contar con registro de hidrocarburos de Osinergmin ni con Licencia de Funcionamiento municipal.

Igualmente, en marzo del 2019, Osinergmin realizó un operativo en la provincia de Cajabamba, en Cajamarca, donde intervino 4 establecimientos que comercializaban combustibles de manera informal, por lo que se procedió a la clausura y al decomiso de sus máquinas surtidoras de combustible. No contaban ni con autorización municipal ni con Registro de Hidrocarburos que otorga Osinergmin.

Lo mismo sucedió en la ciudad de Chiclayo, en Lambayeque, en junio de 2018. Se descubrió la existencia de un gran número de grifos clandestinos en diferentes distritos, que eran un peligro para la seguridad de miles de viviendas.

Si retrocedemos hasta setiembre de 2017, un total de siete grifos que funcionaban en forma clandestina en viviendas familiares, tiendas, hoteles, ferreterías en la ciudad de Cañete, fueron intervenidos y clausurados por Osinergmin.

Esta situación es, en gran medida, parte de un gran problema: la inseguridad. El común denominador de los grifos informales e ilegales, es que no cumplen con las mínimas condiciones de seguridad, lo que aumenta el riesgo de que se produzcan incendios, explosiones y cortos circuitos.

Pero no solo los grifos que no cuenta con autorización para funcionar incumplen con estas condiciones.

Por ejemplo, si retrocedemos a mayo del 2019, encontramos que Osinergmin clausuró temporalmente en esa fecha 97 grifos de 255 establecimientos que supervisó en el primer trimestre de ese año a nivel nacional, por no cumplir con algunas normas de seguridad. A esa fecha, el 70% corrigieron los problemas y volvieron a operar.

Son muchas las condiciones de seguridad violadas por las cuales se han cerrado grifos.

Bidones usados como depósitos de gasolina, ubicados en al interior de los negocios y surtidores; instalaciones eléctricas donde hay combustibles no cuentan con aditamentos antiexplosivos y tuberías; entre muchas otras condiciones.